domingo, 14 de abril de 2013

Españoles incrédulos de que Ecuador, ahora, les brinde ofertas de empleo

Todo este artículo inicia por un vídeo que, recomendamos verlo completo, pero especialmente, a partir de los 3'10, muestra a un periodista expresando su incredulidad ante la nueva realidad tanto de España como de Ecuador, es un extracto del programa de noticias de la Cuatro:





Fuente: Producciones Lama


Entendemos que no es una opinión del periodista sino, más bien, de la cadena.  En todo caso,  parece ser el pensamiento del algunos españoles, que demuestra una falta de conocimiento sobre el movimiento de los flujos económicos.

El mundo del capital, el mundo del dinero, no tiene fronteras ni banderas, busca invertir y sacar beneficios.  Los flujos migratorios son una consecuencia directa de los flujos económicos, la gente va donde está el dinero, donde está el desarrollo, donde está la prosperidad.

Los pueblos tienen épocas de bonanzas y crisis.  España lo ha demostrado.  Al parecer algunos no tienen mucha memoria histórica, solo basta recordar la emigración española a las Américas a partir del año 1946, hasta el año 1958, aproximadamente.  Emigraron en masa a Sudamérica, especialmente a Argentina y Venezuela.  En aquellos tiempos Argentina era un país de oportunidades, porque estaba en pleno desarrollo industrial, se vivía muy bien y muchos españoles se quedaron allí definitivamente.

Una referencia completa la tenéis en el siguiente blog:

Mi gran aventura, la España que emigró a América.

Fuente: Fundación Directa


Ha vuelto a ocurrir, la España del ladrillo ha caído.  España vuelve a estar en crisis y se repite la historia. Hoy, uno de los países que está muy bien es Ecuador, aquel país que a partir de los 90 aportó con un alto índice de inmigración en España, hoy está en época de bonanza y abre sus puertas, no solo a españoles sino a cualquier profesional del mundo que quiera aportar con sus conocimientos y trabajo, al desarrollo nacional.

Aquí tenéis otro vídeo donde se habla de las ofertas en Ecuador:






Fuente:  Roberto Rosepe



Las dos emigraciones, la española y la ecuatoriana son muy diferentes.  Los inmigrantes ecuatorianos que llegaron a España, llegaron por el 'efecto llamada' que hizo España por la falta de mano de obra, especialmente, la NO CUALIFICADA, es decir, personal para el campo, la construcción, servicio doméstico, hostelería, etc.  Muchos sufrieron las consecuencias propias de ese tipo de oficios: salarios bajos y explotación, más todavía si el inmigrante procedía de zonas de provincia, de países andinos como Ecuador, con poca educación y cultura, nobles y de gran corazón, presa fácil de algunos (no todos) empresarios explotadores que, por ejemplo, en el campo lograron bajar el costo de la hora de trabajo en, aproximadamente, un 30% en comparación a lo que ganaba antes un español en el campo, si a eso le agregamos la gran cantidad de gente ilegal con la que se podía trabajar 'en negro', la explotación se disparaba aún más.

A pesar de todo, el ecuatoriano supo sobreponerse y adaptarse a la situación, logrando estabilizarse y prosperar, hasta que llegó la época del ladrillo, en la que volvieron a ser 'presa fácil' de los especuladores inmobiliarios: bancos, inmobiliarias, corredores, etc., y fueron engañados, al igual que muchos españoles, contrayendo grandes deudas que hoy no pueden pagar.

Muchos han retornado, luego de estas amargas experiencias, el gobierno ecuatoriano ofrece planes de retorno para que sus compatriotas empiecen una nueva vida.

Los españoles que emigren a Ecuador no correrán la misma suerte: es personal cualificado que llegará a trabajar en instituciones estatales con buenos sueldos y estabilidad económica y, tendrá la gran acogida que brinda el ecuatoriano a todo el que llega.  El corazón, la bondad, la amabilidad que tiene el ecuatoriano, siempre se resalta por el extranjero que se radica en el país.

La mejor conclusión de podemos sacar de los flujos migratorios es que, al final del camino, nos convertimos en ciudadanos del mundo, algunos con más de una o dos nacionalidades.  Esto lo deberían entender algunos que aún no han abierto su mente a la nueva realidad económica del mundo: la globalización.



Ofertas de trabajo para combatir la crisis







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